La “causalidad”, querido Azul, te pertenece. Vale que yo te pasara la droga (enlazar con el libro de Kundera) –siempre en negro sobre blanco- que contenía la graciosa idea, pero tú llenaste de vida y color a la palabra, diste un concepto particular en nuestra vida a ese referente buscado por el escritor para llamar la atención sobre sus palabras, mero juego estilístico –eso que a ti se te da tan bien, señor florituras :P.
Algo parecido hiciste con la “estudiar” y gracias a ti subir al campus no significa encarcelarse en una biblioteca rodeados de mentes presas en una educación casi dogmática sino que se me representa feliz, me sabe a primavera, como cuando nos tendemos en el césped de la Politécnica a comentar las batallitas de Valle-Inclán el roñoso y fatal muerte de Cadalso por los monos de Gibraltar; o cuando repasamos los versos de Neruda, Bécquer o cualquiera de esos pollos que tanto nos gustan, mientras rasgueas la guitarra y acabamos desafinando, a grito pelado, Anyone can play guitar de Radiohead, entre otras que tú ya sabes; o como esa vez que nos atiborramos de helados y golosinas y de café de Colombia sin leche, y nos tuvimos que poner de despertador el corral de gallos de la canción de Kusturica por miedo a quedarnos dormidos en el examen de Sintaxis (al que al final no te presentaste, pendejo).
Brindo por ti, por esta carrera infame que hace que nos partamos de risa, por la botella de Cacique 500 que colamos en el concierto de Ariel Rot y porque ya no queda nada para darte un abrazo, hermanito.
02 junio 2007
La Causalidad
¿De qué va esto?
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2 comentarios:
¡¡¡¡Qué bonito!!!!
A la perfección sabes pulsar el acorde que saca una lagrimilla de mis ojos.
Haces dulce el sabor de la melancolía.
Te espero para hacer lo mismo y mucho más.
(tocado y hundido) ;)
q bonito el dediccar unas letas con tantos sentimientos a alguien
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