
Creo que si hay algún punto en común que pueda unir las diferentes etapas de mi vida es la muerte. En concreto una obsesión por comprenderla, poseerla o despistarla.
Es algo que me excita. No sexualmente, claro –ésa es una perversión aparentemente inalcanzable para una persona de a pie como yo. Es una especie de agitación mental que me empuja a relacionar lo que me rodea con ese estado de transición entre lo bueno y lo malo, lo ficticio, lo onírico y lo real, entre el ser y el quizá.
1 comentario:
Con lo del cafelito, ya tuviste suficiente para excitarte ;9
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